Centro Histórico de Morelia, Michoacán
Es una de las ciudades coloniales más hermosas de México. Declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1991, es un destino que combina arte, historia y cultura en cada rincón de sus calles empedradas.

Una joya de la arquitectura colonial
Fundada en 1541 bajo el nombre de Valladolid, Morelia se caracteriza por la uniformidad y elegancia de sus edificaciones de cantera rosa, un tipo de piedra que otorga una tonalidad única a la ciudad. Su traza urbana, diseñada en cuadrícula, refleja la planificación colonial española de la época.
En el corazón de Morelia se alza la Catedral de Morelia, una impresionante construcción barroca que domina el paisaje con sus dos majestuosas torres de 66 metros de altura. Este símbolo de la ciudad no solo es una maravilla arquitectónica, sino también un lugar cargado de espiritualidad y tradición, especialmente durante eventos religiosos y festivales como la Noche de Muertos.
Edificios que cuentan historias
Pasear por el centro de Morelia es como caminar en un museo viviente. A cada paso encontrarás magníficos edificios que atestiguan el esplendor colonial:
- El Palacio de Gobierno, donde las murales del artista michoacano Alfredo Zalce narran la historia de la independencia y la revolución mexicana.
- El Colegio de San Nicolás, una de las instituciones educativas más antiguas del continente, donde figuras como Miguel Hidalgo y José María Morelos estudiaron.
- El Acueducto de Morelia, una obra de ingeniería que data del siglo XVIII, con 253 arcos que se extienden a lo largo de más de 1.700 metros, un ícono visual que impresiona a los visitantes.


Una ciudad viva y vibrante
El encanto del Centro Histórico de Morelia no solo reside en sus edificios, sino también en su vibrante vida cultural. Durante todo el año, el centro se llena de festivales y eventos, como el Festival Internacional de Cine de Morelia, que atrae a cineastas y visitantes de todo el mundo.
Además, en cada esquina hay una oportunidad para saborear la deliciosa gastronomía michoacana. Platillos como las carnitas, las corundas (tamales triangulares) y los famosos gaspachos morelianos (una mezcla de frutas con chile, queso y vinagre) son solo algunos de los manjares que no puedes dejar de probar.